El 24 de
marzo del 1976, las Fuerzas Armadas se adueñaron de Argentina a través de un
golpe de Estado. Un régimen militar que hicieron desaparecer miles de jóvenes,
en su mayoría entre 15-25 años de edad, unos niños/as.
Hacían
desaparecer del mapa a todos aquellos jóvenes que no pensaban de la misma
manera y que podrían destruir la dictadura. Como siempre se ha sabido, las
dictaduras no quieren mentes pensantes sino muñecos con los que poder hacer lo
que quieran.
Centenares
de bebés fueron secuestrados con sus padres, fueron dados, vendidos, y a otros
directamente los mataron. Pero NADA detuvo a las Abuelas de la Plaza de Mayo
para buscar a los hijos de sus hijos, a sus nietos/as.
(Me apetece publicar este documento porque
una esas abuelas, fue MI ABUELA. A mi tío, con 19 años, lo mataron esos
militares por no pensar igual, por salir a defender a la clase baja. Esto dejo destruida
a toda mi familia, desde mis abuelos que nunca lo superaron, hasta mi madre que
siendo la pequeña de todos sus hermanos, él era el más cercano de edad y ambos
eran inseparables).
El 22 de
octubre de 1977, doce madres que asistían a Plaza de Mayo (el nombre de
una plaza de Buenos Aires) para reclamar por sus hijos, se reunieron para
buscar sus nietos. Se bautizaron como Abuelas Argentinas con Nietos
Desaparecidos, más tarde pasaron a ser las Abuelas de Plaza de Mayo.
Su búsqueda
tuvo que empezar siendo en silencio. Su actuación era muy peligrosa y debían
comunicarse en clave, escribían denuncias y procesaban datos para encontrar a
sus hijos/as y nietos/as. Al principio tuvieron que actuar solas pero poco a
poco, debido a su dificultad de poder encontrar, empezaron a tener apoyos de
organizaciones mundiales y atención de las prensas.
Hasta 1983
para saber la identidad de un niño había que analizar la sangre de sus padres.
Gracias a las Abuelas la ciencia descubrió que con la sangre de los abuelos era
suficiente; fue el llamado “índice de abuelidad” y su 99,9 % de certeza es
prueba legal de filiación.
En 1992 se
creó la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, no solo para buscar a
los hijos de los desaparecidos sino también para velar por el derecho a la
identidad de todos los niños, ya que nuestro país siguen existiendo casos de
apropiación.
Desde sus
inicios las Abuelas buscan localizar a los niños apropiados para devolverles su
nombre, su historia y el vínculo familiar robado. Hacia 1983 habían logrado
restituir la identidad de 12 niños; hoy esa cifra ascendió a 88. Con el curso
de los años las Abuelas comprobaron que la restitución tiene un efecto
reparador: lo único que realmente cura es la verdad.
Hoy en día,
a 17 de abril del 2018, se siguen buscando esas personas desaparecidas, esos
nietos que pueden vivir engañados en una familia que realmente no es su
familia, y abuelas que buscan desesperadamente a sus nietos/as. Poco a poco,
han ido apareciendo algunos.. la búsqueda no terminará nunca hasta que se hayan
encontrado a todos/as.
Todos los 24
de marzo, se hace una concentración masiva, manifestándonos por la libertad,
por todos esos jóvenes desaparecidos, muertos, que siempre quedarán en la
memoria.
Algunas
fotos son:
Entrada y fotos realizadas por: Julia Collado
Hernández
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