El Arte y la Pedagogía
Waldorf
Rudolf Steiner decía que cuando los niños relacionan
lo que aprenden con su propia experiencia, se sienten llenos de interés y de
vida, y así lo que aprenden se convierte en algo propio. Bajo mi punto de
vista, esto se puede producir gracias al apoyo del arte en todas las
asignaturas de la Pedagogía Waldorf.
JARDÍN DE INFANCIA (0-6 Años).
Los niños pequeños están totalmente entregados a su
entorno y absorben el mundo a través de los sentidos, respondiendo con propio
conocimiento y a través de la imitación.
Aquellas personas que se dediquen a cuidar y educar
a un niño (padres, maestros, familiares…) tienen que fomentar un entorno que
sea digno de esa imitación y que le aporte al niño elementos positivos para que
desarrolle el juego creativo.
En el jardín de
infancia los niños juegan a cocinar; se disfrazan y se convierten en padres y
madres, reyes y magos; cantan, pintan y colorean.
A través de canciones y
poesías aprenden a disfrutar del idioma; aprenden a jugar juntos; escuchan
cuentos, ven teatros de títeres, amasan el pan, hacen sopa, modelan con cera,
construyen casas con bloques, cajas, telas y maderas. Entregarse plenamente a
tales actividades es la mejor preparación para la vida; desarrolla la
capacidad de concentración, de interés y un duradero amor por el aprendizaje.
LAS ARTES Y LAS ACTIVIDADES PRÁCTICAS
Las artes y las
actividades prácticas desempeñan un rol esencial en el proceso educativo en
todos los grados de la Pedagogía Waldorf. No son consideradas como actividades
secundarias, sino como elementos fundamentales para el crecimiento y el
desarrollo.
La educación Waldorf
no concibe al ser humano sólo como un cerebro, sino como un ser que tiene
corazón y extremidades, es decir sentimientos y voluntad, además de intelecto.
Para asegurar que la educación no produzca individuos unilaterales, atrofiados
en su salud emocional y su capacidad volitiva, estos aspectos menos conscientes
de la naturaleza humana deben ser constantemente ejercitados, alimentados y
guiados. Es allí donde las artes y las actividades prácticas hacen su mayor
contribución, ejercitando no sólo el corazón y la mano sino también, de manera
bien real, el cerebro.
El arte, por otra
parte, no está relegado a las materias específicas (dibujo, pintura, música,
etc.), sino que forma parte de la enseñanza de todas las materias. El docente
debe encarar y transmitir todo lo que enseña de una manera artística e
imaginativa.
Los niños que han
trabajado a lo largo de su educación con el color y la forma, con el tono, la
música, la actuación dramática, el lenguaje, con la arcilla, la madera, la
cera, la acuarela, la lana, con la tierra y las plantas, no sólo han trabajado
creativamente activando, clarificando y fortaleciendo sus emociones, sino que
han puesto en práctica su pensamiento y su sentimiento y ejercitado su
voluntad. Y esa es la aspiración de la educación Waldorf: educar a la totalidad
del ser humano: su cabeza, su corazón y sus manos.
En mi opinión, pienso que actualmente – y por
desgracia- no se cuidan las actividades artísticas en las escuelas, ya sean de
educación infantil o de educación primaria o secundaria. El arte y su práctica
siempre pasan a un segundo plano, como actividad de relleno y no como actividad
principal, ya que es considerada por muchos de inferior posición que
asignaturas como matemáticas o lengua.
Pienso que todos los niños tienen derecho a cultivar
y a saber canalizar sus emociones y para
ello no hacen falta actividades absurdas de emociones con caritas, sino ARTE,
sí ARTE con mayúsculas. Dejar que los niños se dejen llevar por lo que tienen
dentro, que se expresen de otra manera que no sea la verbal, dejar que el
espacio para el arte, sea un lugar de verdadera terapia y autoconocimiento para
ellos.
"El Arte es la expresión de los más profundos pensamientos por el camino más sencillo" -Albert Einstein
Entrada realizada por: ANDREA GAMA DE LA IGLESIA
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